Veracruz es un tema electoralmente importante para los partidos políticos. Es el tercer padrón electoral más grande en el país, y con ello se moverán las próximas elecciones del 2017 y 2018.
Se ha comentado que en Los Pinos el interés real no era si el PRI retenía la gubernatura de Veracruz en las pasadas elecciones locales, sino el gran avance del partido Movimiento Regeneración Nacional –MORENA– en la entidad.
Antes de la ratificación de su triunfo por parte del Tribunal Electoral, Miguel Ángel Yunes Linares anunciaba que tenía información que iba a “cimbrar al país”; los especialistas hablaban de un chantaje en caso de que no lo dejaran llegar a la gubernatura, como el mismo Yunes aseguraba ante medios… Pero el día llegó y Yunes no cimbró a nadie…
Desde aquí se planteó que a lo mejor el anuncio “cimbrador” de Yunes podría haber sido en contra del líder de MORENA, Andrés Manuel López Obrador, por ser un personaje de relevancia nacional y porque el gobernador de Veracruz no se enfrentaría directamente con el presidente Enrique Peña Nieto. Además, lo más probable es que esa información “cimbradora” sirva mejor para otros tiempos electorales, como los que se avecinan.
No es secreto para nadie que las próximas elecciones locales serán una medición de fuerzas entre el PAN/PRD y MORENA, pues el PRI está totalmente perdido en el panorama.
Dos señales claras de lo último mencionado: los gasolinazos y el anuncio de aumentos de tarifas de luz y gas terminaron por hundir al PRI; de paso las reformas energéticas y educativas golpearon fuertemente a grupos plenamente identificados con el tricolor en Veracruz como los maestros y los petroleros, que prefirieron emitir su voto a favor del PAN o MORENA. Otra señal fue el reciente evento de la Ley Agraria, donde fue notable la división de la cúpula nacional con los líderes estatales, al grado de que el presidente del PRI estatal, los senadores y diputados federales veracruzanos no lucieron en el evento y los dispersaron en el presidium: la unidad presumida siempre por el PRI, totalmente desbaratada, inexistente.
A lo anterior súmese la postura que ha adoptado el PRI vía su presidente nacional, Enrique Ochoa Reza, originando críticas al interior de su propio partido de que está más dedicado a defender las políticas tecnócratas de gobierno que las causas sociales que el tricolor dice abanderar.
Ante la debacle priista, MORENA ha sabido capitalizar también las recientes protestas contra el “gasolinazo” al presumir que fue el único partido que votó en contra y advirtió el escenario actual de inconformidades. Al comenzar los saqueos y el vandalismo, también quisieron embarrar al partido que lidera López Obrador como el incitador, vía mensajes de Whatsapp y redes sociales, donde cundió la psicosis y la desinformación.
MORENA ha ganado una fuerte presencia donde el PRI de plano ya está erradicado y uno de esos espacios es precisamente también el de las redes sociales. El Yunismo también tiene una muy buena operación a través de esta vía y ha utilizado estas herramientas que los viejos jerarcas del PRI todavía no acaban por entender.
De entrada, esta sería una de las primeras batallas entre MORENA y el PAN/PRD, especialmente por la generación Millenial que ya domina la votación, misma a la que el gobernador Yunes Linares se dirige a través de las redes, dejando de lado el antiguo método de los boletines oficiales en medios tradicionales. En el PRI sólo siguen presumiendo a Don Carlos Brito y aguantando las ocurrencias de Ochoa Reza.
Otra batalla reciente y notable fue la guerra de declaraciones sostenida entre el gobernador y líderes de Morena, ya que el primero los acusó de estar detrás de la toma de la presa Yuribia, que abastece de agua al sur de Veracruz. Lo anterior cobra relevancia porque precisamente uno de los bastiones de MORENA es la región de Cosoleacaque, Minatitlán y Coatzacoalcos, por lo que sería incongruente que los morenistas afectaran a municipios donde abundan sus simpatizantes y Yunes, junto al PAN, no lucen.
Los lopezobradoristas se deslindaron de la toma de la presa y llama la atención que los manifestantes en Tatahuicapan, conocidos por su bravura pero controlados por conocidos líderes perredistas (la otra podría ser que MORENA ya se haya dejado infiltrar y ya estén chaqueteando), dejaron que Yunes se apersonara para abrir las válvulas y cantar victoria en un conflicto que ocurre de manera constante. Quienes conocen el sur y la sierra coinciden en que la toma parece sólo un teatro armado entre perredistas con panistas, pero con intenciones de culpar a MORENA en su zona de simpatías.
La otra parte que no debe perderse del asunto del Yuribia ya no es una lucha social: es de intereses.
El sur también es el nicho más fuerte de votos para quien sería una fuerte candidata a gobernadora por parte de MORENA, la diputada federal Rocío Nahle, apoyada por petroleros perjudicados por la reforma energética, por el magisterio en contra por la reforma educativa y por el influyente consorcio de medios encabezado por la familia Robles, que comenzó precisamente en Coatzacoalcos.
Por su parte, en el ajedrez nacional, no se debe perder de vista la real preocupación de la élite política de este país: que MORENA y López Obrador ganen la Presidencia de la República, especialmente ahora que tienen un escenario con Donald Trump como presidente de los Estados Unidos y que, aparentemente, le da una gran ventaja al tabasqueño. PAN y PRI han ido unidos con el discurso que tilda a AMLO de populista y ser un peligro para México.
Por todo lo anterior, no se dude que el PRI ya sabe que 2017 (y quizás 2018) lo tiene perdido; que en este escenario, el frente común entre el PAN y PRI será no dejar que avance MORENA en Veracruz en el tercer padrón más grande del país.
Y no es que uno sea “pejezombie”, pero ya se va viendo por donde va la cosa: el Distrito Federal lo tiene fácilmente ganado MORENA y habrá que ver cómo le irá en el Estado de México. Con esas dos entidades, más la jarocha, AMLO tiene prácticamente asegurada la Presidencia. Al tiempo.
@pablojair