ColumnaSinNombre: FRIVOLIDADES EN EL PAN: HASTA PARECEN PRIISTAS

Apenas se cumplieron tres meses del gobierno del “cambio”, y los aliados del gobernador Yunes Linares andan desatados como si estuviesen en el quinto año del gobierno de Duarte: excesos, frivolidades, haciendo uso de recursos para campañas electorales que oficialmente todavía no arrancan y otras cositas más que tanto le criticaron a los priistas.

El primero fue Sergio Hernández, el diputado presidente de la Junta de Coordinación Política y líder de la bancada panista en el Congreso, quien organizó un acto multitudinario dizque para celebrar –sí, como quinceañera con chambelanes, bailable y toda la cosa– sus primeros 100 primaverales días como legislador en el famoso Velódromo de Xalapa: un edificio perteneciente al Gobierno del Estado en donde a duras penas pudo llevar algunos acarreados… perdón, simpatizantes. Al evento también llevó a la Sonora Margarita.

Las críticas no se hicieron esperar porque en este gobierno, al igual que en el Congreso, han “mamaseado” con el discurso de la austeridad; que no tienen lana; que hay crisis y ni siquiera les alcanza para contratar un jefe de prensa decente, en lugar del gris aprendiz de mecánico que tienen en la Sala de Prensa “Regina Martínez”.

“Haiga sido como haiga sido” (Calderón dixit), lo del diputado se hizo al puro estilo del viejo PRI…

No bien le estaba cayendo todo el moco a Sergio, cuando llegó al rescate la diputada federal del PAN, Gabriela Ramírez, al aeropuerto de Veracruz y quien en plena entrevista confesó que estaba de acuerdo en devolver su tarjeta de peaje que le paga la Cámara de Diputados, porque ella solamente viaja en avión… Bien sencillita ella; favor que le hace a la flota evitar las carreteras destrozadas en Veracruz.


Pero quien se llevó las palmas del martes por un caso que quiso minimizar hasta que vio el agua en el cuello, fue el secretario de Infraestructura y Obra Pública, Julen Rementería del Puerto, también ex alcalde de Veracruz, y recordado por otorgar permiso para la famosa carrera de caballos en Villarín que terminó en cruenta balacera en 2007.

Le quiso hacer al Frank Underwood (si no ha visto la serie “House of Cards”, no sé para qué está viviendo en este mundo) y le cuento la historia: resulta que Frank, siendo vicepresidente de los Estados Unidos, quiso tener un acercamiento con un empresario corrupto sin que nadie se enterara. Para esto envió una invitación a dicho personaje y lo citó en un concierto de ópera, donde pudo verlo a escondidas en pasillos ocultos del teatro.

Acá el secre Julen quiso justificar con “trabajo” su presencia en el norte del estado: el asunto creció porque se filtraron unas fotos donde Julen aparece muy orondo usando un helicóptero matrícula XA-UYI, acompañado de puros panistas que buscan cargos de elección popular. Al principio se notó que al asunto no le dio importancia, pero cuando comenzó a crecer, entonces sí puso a operar a su gente de prensa y redes sociales para pretextar que se encontraba en la zona dando un recorrido por carreteras y que la aeronave era necesaria para el traslado del funcionario. El asunto es que la reunión con los panistas prevaleció: Julen no tuvo ni siquiera el cuidado de guardar las formas y reunirse en privado, en horas no hábiles, con colegas de partido.

El asunto creció y creció, y el golpe no es sólo para Julen, sino también para la administración estatal que representa, la que prometió el “cambio”. Por ahí nos recuerda el caso de David Korenfeld, quien por usar el helicóptero de la CONAGUA para asuntos familiares, tuvo que renunciar al cargo.

Por cierto, ¿cuánto costó la aeronave? Porque según la matrícula, fue una aeronave rentada y viajar en helicóptero no es nada barato.

El que de plano no figuró este martes fue el “gober cascarita” en su gira por Córdoba, dando sus informes de seguridad que no resuelven nada, pero se supone que deben ser el aliciente para sentirnos más tranquilos porque ya no se oculta información. Dicen que también ya se le cayó el rating en redes porque, francamente, da flojera escuchar a los políticos cuando en internet hay cosas más entretenidas y de menos de hueva.

EPÍLOGO I: Que desde hace 15 días ya está en el escritorio del gobernador Yunes Linares la renuncia del secretario de Seguridad Pública, Jaime Téllez Marie. Trasciende que ya hubo una fuerte discusión donde el titular de SSP literalmente expresó que ya estaba “hasta la madre”… y se lo dijo en su cara al “gober cascarita”.

EPÍLOGO II: Amenazan de muerte a personal del portal informativo AVIVERACRUZ: “O bajan la nota de la enfermera secuestrada, o les va a pesar”, fue el mensaje. Nuestra solidaridad con los compañeros.

EPÍLOGO III: Muy peligroso el tema de confrontarse con jueces por un caso que, a todas luces, fue muy mediático; de manera oficial, la Fiscalía General del Estado, encabezada por Jorge Winckler Ortiz, hizo evidente en un comunicado su rechazo a la determinación de un juez sobre el caso de Diego “N”; de ahí echaron a andar toda la bola de merolicos virtuales que se azotaron por el amparo al Porky y lincharon con mensajes en redes sociales al juez… Este es en verdad un caso que sólo despierta pasiones muy burdas y fácilmente manipulables. Un exceso de la “chairés”, por ejemplo, fue el filtrar una foto del juez con su esposa e hijas… ¿Le conviene al gobierno abrir otro frente de esta magnitud? ¿Es necesario?

EPÍLOGO IV: Encuestas en redes sociales –quizás muy prematuras todavía por el tiempo que falta– dan como triunfador al PRI en la Presidencia Municipal de Xalapa. Y es que el candidato de MORENA no se oye; y en el PAN-PRD sólo han sonado fuerte los escándalos de golpes, sombrerazos y corrupción en la entrega de candidaturas. Para que no digan que no es cierto, chequen la cuenta de Twitter del Gato Morris, que es altamente confiable: dice que Montano gana.

@pablojair

El fondo es no afectar el proyecto familiar de los Yunes

Este lunes el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, salió casi casi con la canción de Fito Páez: “Hoy vengo a ofrecer un corazón” a plantearnos que la situación en Veracruz está francamente, por no decirlo en una expresión más clara, de la chingada.

Que la situación es peor de lo que pensaba, aunque los analistas serios coinciden en que Yunes Linares no puede portar la bandera de ingenuo porque ya sabía a lo que le atoraba: ya había señales de desfalcos, problemas económicos nacionales, finanzas en problemas advertidas por especialistas locales y nacionales, etc., así que el hoy mandatario, no puede decir fingir demencia sobre qué estado pretendía gobernar, especialmente cuando él personalmente encabezó como policía chino los interrogatorios en contra de los cómplices y chivatos topus de Alex Huerta (aka) Javier Duarte.

En ese contexto, envalentonado por el discurso antipriista de su campaña a la gubernatura, se aventó como Escutia al populismo ramplón al decir que no habría nuevos impuestos en su gobierno y que no se contrataría más deuda, que –gusten o no– son herramientas legales de cualquier administración para hacerse de recursos.

Pero las promesas populares de no pedir préstamos, ya se rompieron, porque este lunes dijo que sí pedirá un crédito, uno chiquitico… Mmmmmmmm… Que lo pagará antes de 2018. A ver si es cierto.

También quedó envuelto en su capricho de pedir finanzas saneadas a su antecesor, lo cual era imposible. De ahí también se derivó su confrontación con el secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña (aún sin ser gobernador de Veracruz) y éste diplomáticamente le dijo que se le podían apoyar adelantando participaciones federales, pero que no habría rescate alguno para la entidad… O sea, el lema de campaña de la colación “Unidos para Rescatar Veracruz” también valió gaver.

La otra es que Yunes Linares ofrece, lanza, vende, el discurso populista de que no quieren que los veracruzanos paguen los platos rotos por las malas administraciones recientes, pero en el fondo la realidad parece ser que no se quiere afectar el proyecto personal de gobierno: el de dejar que a sus hijos, Fernando o Miguel, les afecte el tema cuando tienen amplias posibilidades de sucederlo en el 2018 o aspirar a otros cargos de elección popular.

Es decir, mientras en la demagogia dice que no quiere afectar a Veracruz con impuestos ni con préstamos (aunque sea ese chiquito), en la realidad el asunto es cuidar que no sea afectado el plan familiar de gobierno y a los vástagos les sea echado en cara que su padre no pudo con el paquete y tuvo que recurrir a lo que juró que no haría.

Que por más que haya perseguido a Duarte y echado reclamos a la Federación, el camino que le dieron fue el de apoyarlo con participaciones adelantadas y echarle porras, pero rechazó todo nada más por orgullo… y para cuidar el plan político a mediano o largo plazo.

De acuerdo a fuentes consultadas, no está mal contratar deuda, siempre y cuando sirvan para resarcir daños o para terminar las obras que los Duartistas/Fidelistas no quisieron, en lo que siguen los procesos judiciales contra éstos.

Muchos dicen que sería un suicidio dejar como sucesores a los hijos, pero pensemos que todavía existe mucho resentimiento contra el PRI (algunos auguran que el tricolor regresaría al Palacio de Gobierno no en dos años, sino en ocho, especialmente porque los grupos están muy divididos), y si Don Miguel logra medio componer el barco y está todavía en el ánimo de la gente, éste podría hacer que sus hijos queden en el poder y la población no tendría objeción alguna en darle continuidad al proyecto. El nepotismo les valdría gorro, porque a estas alturas la gente quiere alguien que resuelva los problemas de Veracruz.

El problema es que a 12 días de iniciado el nuevo gobierno, se sigue en la estrategia mediática de echar toda la culpa la culpa al pasado, a sus antecesores, al PRI, sin resolver o dar señales de estrategias a futuro que no sean la austeridad, recorte de gastos y amarrarse el cinturón.

Esa culpabilidad retroactiva no le funcionará, por ejemplo, sobre todo ahora que pide comprensión a la burocracia para pedirles que les aguanten las quincenas de diciembre y el aguinaldo: basta recordar que el atraso de la primera quincena de noviembre hizo que los trabajadores del Gobierno de Veracruz salieran a protestar o a realizar paro de brazos caídos, lo que generó un caos a final del sexenio pasado.

Ya se verá si Yunes pretende que los burócratas sean los sacrificados en el tema, especialmente cuando a éstos los están tratando mal en las oficinas y los miran los “Yunócratas” con desdén e imagen de “rateros”; o si los provenientes de Puebla e Hidalgo que ahora están acaparando las oficinas de gobierno vean que venir a Veracruz ya no es negocio.

@pablojair