+ Fuerza, Arturo Reyes Isidoro.
+ Quieren expulsar a Tejeda Taibo.
+ Inconstitucional, avalar peleas de gallos.
Foto: tomada de La Silla Rota
En una de esas Miguel Alemán Jr se está escondiendo en La Pochota
–Chopenjawer
Hay un capítulo en la serie policiaca “Chicago PD” cuando uno de los detectives se mete en una megabronca gruesísima porque se le ocurrió darle a un detenido una lata de refresco para beber, pero lo dejó sin vigilancia y el delincuente uso el metal cortarse el cuello y no declarar ante los policías.
Sí, ya sé, es ficción, pero hasta en la televisión creo que enseñan las cosas más básicas de los policías. Y una de esas tantas cosas básicas es precisamente preservar la vida del detenido, por muy hijoesupinkfloyd que sea; por algo se le quitan las agujetas a quienes pasan a los separos: para que no se ahorquen.
Todo lo anterior viene a colación por el escándalo de la persona que se suicidó al interior del cuartel San José —perteneciente a la Secretaría de Seguridad Pública— el pasado domingo.
(Y falta ver si se suicidó o lo “suicidaron”, porque ya van tres casos de muertes al interior de dichas instalaciones policiacas, lo que ya es muy sospechoso).
Este lunes, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez dio un poco más de detalles de lo ocurrido de acuerdo a lo que le habían informado: era una persona que previamente fue rescatada del puente frente a la Plaza Américas, en Xalapa, que intentaba quitarse la vida. De ahí fue llevado por los policías al cuartel San José y reportaron que se encontraba tranquilo e incluso ya no tenía intenciones —lo que resultó falso— de suicidarse.
Posteriormente, esta persona pidió permiso para ir al baño y ahí encontró un arma punzocortante con la que se cortó el cuello. Que hubo cuatro involucrados en la situación y uno de los policías se cortó la mano al momento de intentar forcejear con quien finalmente se quitó la vida degollándose. Hasta aquí la versión oficial.
Las dudas a estas alturas eran en el sentido de si el personal a cargo estaba capacitado para cuidar a una persona que unos minutos antes se había intentado suicidar: ¿por qué no lo tuvieron todo tiempo a resguardo o en compañía de alguien? ¿Por qué no lo acompañaba un familiar o alguien cercano? ¿Y por qué tuvo a su alcance un objeto punzocortante en pleno cuartel de policía? O sea, un detenido violento hubiese tenido el mismo alcance y pudiera haber herido a alguien más.
Pero el asunto no para ahí, pues al parecer existen problemas graves de indisciplina al interior de la Secretaría de Seguridad Pública y eso significa dos cosas: o ya no le tienen respeto a los mandos superiores como el secretario Hugo Gutiérrez (aka “Licha Villarreal”) o de plano éste ya anda que le vale cacahuate todo lo que pase al interior de su dependencia.
Ya de entrada, este martes se supo que el objeto punzocortante con el que se lesionó mortalmente el suicida fue un envase de cerveza de las populares “caguamas”, que quién sabe cómo diantres llegó al interior del cuartel policiaco.
Al interior del “San José” hay señalamientos muy graves de personal que llega de guardia los fines de semana y ahí toman bebidas alcohólicas, lo que explicaría la presencia de la caguama. Una fuente comenta que ahí llegan incluso a “curarsela” los elementos que horas antes estuvieron de parranda y aprovechan el turno para tomar alcohol.
Para todo esto, ya existe hasta una investigación de oficio por parte de la Fiscalía General del Estado, y una recomendación próxima de la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
Pero volvemos a insistir: lo anterior evidencia indisciplina y falta de supervisión de los mandos, empezando por el secretario de Seguridad Pública, quien tampoco se ayuda mucho vistiendo como junior chavorruco en reuniones como la ocurrida en Coatzacoalcos con empresarios.
Dicen que no sólo se trata de ser policía, sino de parecerlo. Su antecesor Jaime Téllez Marie hasta andaba disfrazado de Pedro Infante con camisas a rayas gruesas en eventos solemnes, que eran motivo de burlas.
Pero a eso debería sumarse que ya son dos veces que el gobernador llama la atención a la Secretaría de Seguridad Pública por errores que ya han costado la vida; el primero fue el caso de los dos jovencitos muertos en Amatlán, resultado de un pésimo operativo en la búsqueda de un delincuente; y ahora este que se supone era un caso de salvamento de una persona que terminó en una sangrienta tragedia.
Podrán decir que de todas maneras el secre ha hecho su chamba, pero la verdad es que no es por la “magia” de “Licha Villarreal”, sino porque —al menos en apariencia— ya no hay tanta permisividad de la autoridad a grupos delincuenciales en Veracruz, que presumían de tener contacto con las altas esferas del poder político. Esa protección era clave.
No obstante, anoche regresaron las ejecuciones a Coatzacoalcos: tres personas en un restaurante, justo en la ciudad que desde hace años se ha ido muriendo precisamente por la inseguridad.
Y a unas horas de la reunión con el secretario malafacha. Que mala señal.
NOTA PARA PEGAR EN EL REFRI: Mucha fuerza para una de las plumas más respetadas en Veracruz. Don Arturo Reyes Isidoro sigue internado y nos hemos perdido sus entregas diarias de “Prosa Aprisa”, una de las columnas más leídas y analíticas en el estado. Nos dicen que está bien y sólo hay que esperar su recuperación. Fuerte abrazo para Arturito y “Paquiño”.
OTRA NOTA: Que está de risa lo de la expulsión que quieran hacer en el comité municipal del PAN en Boca del Río del distinguido militante panista Luis Humberto Tejeda Taibo. De lo único que lo pueden acusar es que ha sido autocrítico con las maneras en que se ha manejado el partido blanquiazul en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río. La risible “expulsasión” tiene todo el sello de los rencorosos Yunes del Conchal.
LA ÚLTIMA PORQUE TENGO QUE PROBAR CAMA NUEVA: Muy interesante el comunicado de Grupo de Investigación en Derecho Animal (GIDA), que se opone rotundamente a que regresen las peleas de gallos en la entidad. Lo anterior, luego de la iniciativa publicada el 15 de junio de 2021 en la Gaceta Legislativa del Congreso de Veracruz que pretende reintroducir las peleas de gallos como actividad legal en el marco normativo veracruzano… “Las peleas de gallos normalizan la crueldad, la violencia y atentan contra la cultura de la paz” y tienen razón: fomentar actividades, aunque sean lucrativas, que abonan a normalizar la crueldad y la propia violencia no puede justificarse en criterios puramente económicos… Además, no nos hagamos zonzos: ahí operan los mafiosos y malandros… ¿Tradición? My beautiful eggs.
@pablojair