No pudo ser más oportuna la información que este día dio a conocer el Departamento del Tesoro del gobierno de los Estados Unidos, al vincular al cantante de música grupera, Julión Álvarez, y al futbolista Rafael Márquez, con un cártel poco conocido del litoral Pacífico llamado “Flores”, por los apellidos de quien identifican como líder: Raúl Flores Hernández.
Esto creó reacciones de inmediato en el gobierno de Enrique Peña Nieto, quien tuvo la flamante idea de irse este fin de semana a pasear a Chiapas, y se tomó la foto con el gobernador Manuel Velasco y el ahora señalado como lavador de dinero, Julión Álvarez, pero la Presidencia de la República pensó que era una buena idea bajar de las redes sociales de Enrique Peña Nieto dicha fotografía a pesar de que ya había circulado por varios portales de información. La respuesta, bastante obvia: no quieren que vinculen al presidente con un presunto delincuente señalado, ni más ni menos, que por el gobierno de los Estados Unidos de América.
Del tal Julión es harto conocido que así como es un artista muy popular entre la perrada, también ameniza eventos del PRI y el Partido Verde, lo que no tendría nada de malo… en apariencia.
Lo que sorprende es que si el Departamento del Tesoro tenía esta información y la filtró en un momento inoportuno para el Presidente por su reciente desencuentro con su homólogo gringo y la asamblea nacional de su partido el PRI, al parecer quienes fallaron fueron las agencias de inteligencia mexicanas que no atajaron la información a tiempo y dejaron que el cantante se tomara la foto con Peña Nieto, para luego hacer el ridículo de bajarla de redes.
Se supone que hay una estrecha coordinación en el tema del combate al narcotráfico entre EEUU y México, por aquello de que el vecino país del norte es cliente número uno de los cárteles mexicanos; esto debería incluir información relacionada con actores políticos, empresarios, líderes de opinión y hasta de la farándula, quienes podrían tener la tentación de servirle de fachada al narco o trabajar para alguna organización delictiva.
Pero no. Así como el Estado Mayor Presidencial prohibía al ahora convicto Javier Duarte de Ochoa que se tomara fotos con Peñita, a los encargados de la seguridad del “preciso” se les pasó el pequeño detalle de que Julión estaba siendo investigado por el gobierno estadounidense y que lo peor que podría pasar era verse a Peña Nieto tomándose fotos con él.
El asunto es con toda la perversión y con un golpe certero a la imagen –ya de por sí desgastada– del presidente. El periodista mexicano radicado en EE.UU., Jorge Ramos, cuestionó lo mismo vía Twitter: “Si la relación entre Peña y Trump es tan buena ¿por qué no le avisaron que iban a acusar a varios mexicanos de nexos con el narco?”.
Curiosamente, a Raúl Flores Hernández ya lo habían detenido autoridades mexicanas el pasado 20 de julio en Zapopan, Jalisco (de acuerdo al diario Milenio), pero la Procuraduría General de la República (PGR) no había anunciado este arresto. Según revela Milenio, el capo Flores Hernández ya había ingresado al penal federal número 4 en Tepic, Nayarit, en 2013, pero obtuvo su libertad en el 2015. Es decir, el gobierno de Peña Nieto al menos ya tenía indicios de quién era Raúl Flores y sus posibles conexiones.
En las horas después que se dio a conocer la información, se sabe que a ambos personajes señalados les congelaron sus bienes en Estados Unidos, y por la tarde dieron la cara: Rafael Márquez se presentó de manera voluntaria ante la Procuraduría General de la República (PGR) para rendir su declaración; y el cantante Julión expresó vía redes sociales: “…hoy amanecimos con una noticia donde nos están involucrando, se nos están iniciando notas un poquito incómodas, a Julión Álvarez, a Norteño Banda. Me siento con la obligación de poder dar una aclaración… No pasa absolutamente nada”.
Mientras tanto, el más afectado es Peña Nieto, el que se tomó la foto con Julión y lo agarraron desprevenido.
Por ahí comentaba el maestro Albantro en Twitter: “¿Qué tendrá @EPN que todas sus “jóvenes promesas” le salen delincuentes?”.
Y sí, una de esas jóvenes promesas era Javier Duarte.
EPÍLOGO HURACANADO: En todo el sexenio pasado tuvimos la fortuna de que no azotó a Veracruz ni un solo huracán. Si acaso fuertes lluvias que afectaron algunos municipios, pero nada con las dimensiones catastróficas que ya conocemos los veracruzanos. Hubiese sido una fortuna para el Duartismo el haber tenido un desastre natural de esa magnitud, lo que da pie para la entrada de mucho dinero, a veces sin necesidad de justificarlo y todavía capitalizarlo políticamente. Por algo no pasó.
EPÍLOGO EPISTOLAR: Que la diputada federal Rocío Nahle (MORENA) envió este miércoles una carta al secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, para pedir su intervención directa en el caso de la inseguridad en Coatzacoalcos, solicitando que la Policía Federal y el CISEN se instalen de forma permanente en el sur de Veracruz. Destaca lo que ha sido a todas luces una constante en esta región: una ola de secuestros, asesinatos y desapariciones impunes. Habrá qué ver si hay respuesta oficial a la petición.
EPÍLOGO LLUVIOSO: Tome precauciones ahora que Franklin ya llegó a tierras jarochas, donde permanecerá prácticamente todo el jueves. Mucha lluvia en la zona central de la entidad, de acuerdo a los reportes de la Comisión Nacional del Agua, por lo que como ciudadanos debemos estar preparados no sólo por las contingencias que se puedan presentar, sino para tener tantita conciencia de que la gran cantidad de basura que arrojamos a las calles tapan las coladeras y causan las inundaciones que luego andamos lamentando. Ubique refugios, infórmense en medios serios y no haga caso de rumores en redes sociales.
@pablojair