Los restos de Carrie Fisher, la actriz que dio vida a la inolvidable princesa Leia en “Star Wars” y que falleció a los 60 años en Los Ángeles tras haber sufrido un ataque al corazón en diciembre, fueron depositados en el cementerio en una urna con la forma de una pastilla del antidepresivo Prozac.
El hermano de Fisher, Todd, quien llegó al funeral en Hollywood Hills con la peculiar urna, señaló que se trataba de una de “las posesiones favoritas” de la actriz, quien enfrentó adicciones a las drogas y el alcohol y quien fue diagnosticada con trastorno bipolar a comienzos de 1990.
“Sentía que era el lugar donde le gustaría estar”, afirmó Fisher, que aseguró había acordado la decisión con Billie, la hija de la actriz.
Carrie Fisher yacerá en el cementerio junto con su madre, la también actriz Debbie Reynolds, que falleció solo un día después de su hija a los 84 años de edad.
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