Ciudad de México. 17 de diciembre de 2016 (ANA LUISA GUERRERO / Agencia Informativa Conacyt).- Se estima que hasta 2014, en el mundo había 214 millones de migrantes, equivalente a 3.1 por ciento de la población mundial, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Este fenómeno global es producto de la determinación de las personas y comunidades para superar la adversidad de sus lugares de origen, en busca de una mejor vida; no obstante, es lamentable que en la mayoría de los casos va acompañada de sufrimiento.
Con el propósito de reconocer la contribución que los migrantes hacen a la economía y al desarrollo de los países de destino, así como revisar los desafíos y oportunidades que la migración representa para el futuro, el 18 de diciembre se conmemora el Día Internacional del Migrante.
México es un país con una amplia historia migratoria. Durante décadas ha sido un expulsor de ciudadanos que cruzan la frontera con Estados Unidos de manera ilegal, para quienes se ha exigido un trato de respeto a sus derechos humanos. Pero en años recientes también ha sido un territorio de tránsito de migrantes centroamericanos que atraviesan el territorio nacional en aras de ingresar a aquel país.
El informe 20 temas actuales y relevantes sobre la migración en México, elaborado por investigadores de El Colegio de la Frontera Norte (Colef), muestra una disminución del flujo migratorio de mexicanos a Estados Unidos, pues en 2014 registró el nivel más bajo desde 2004, mientras que entre julio y septiembre de 2015 las cifras fueron menores a las registradas en trimestres anteriores.
Esta tendencia también se observó en las deportaciones, ya que en los últimos diez años alcanzaron un punto máximo en 2007 con 573 eventos, en tanto, en 2014 la cifra descendió a más de la mitad.
La otra cara de la migración en México se presenta en su frontera sur, donde se ha observado un crecimiento en el número de las deportaciones de migrantes provenientes de Honduras, Guatemala y El Salvador. De acuerdo con el informe, entre abril y junio de 2015 se alcanzó un máximo en el periodo analizado con 33 mil 987 deportaciones, una cifra al alza si se compara con las expulsiones entre 2012 y 2014 que correspondieron a 152 mil 573 personas.
Momento trascendental
La doctora María Teresa Rodríguez, académica del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) unidad Golfo, considera que el análisis de la migración es trascendental por el contexto actual en el mundo.
En entrevista, indica que es sumamente relevante que las naciones tengan presente este fenómeno global que implica situaciones ampliamente conflictivas y problemáticas, por ejemplo que las personas arriesguen su vida y las familias se fragmenten, lo cual conlleva mucho sufrimiento.
En el caso de México, considera que el próximo arribo de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos frente a su amenaza de imponer un muro fronterizo y expulsar a los mexicanos que residen de forma ilegal en su territorio, debe ponernos en alerta sobre las implicaciones de la realidad del migrante y de la necesidad de respetar sus derechos humanos más elementales, entre ellos el derecho a la movilidad.
“Es una oportunidad muy valiosa para recordarnos que este es un fenómeno que nos involucra de manera global y a ser más conscientes de estos sufrimientos que pasan los migrantes en todo el mundo”, dice a la Agencia Informativa Conacyt.
La investigadora nacional nivel I señala que por su historia de que una buena parte de su población ha migrado a Estados Unidos para trabajar, México tiene conciencia de la migración y pugna por los derechos de los llamados “paisanos”; sin embargo, la realidad muestra que todavía le falta entender y asumir que también es un país receptor.
“Creo que nos falta asumir esta condición de país receptor y hacer valer los derechos humanos de quienes llegan a nuestro país, porque muchas veces no son bien vistos y, como sabemos, pasan una gran cantidad de atropellos y de maltratos tanto de delincuentes como de funcionarios”, señala.
La académica —que actualmente estudia la transitoriedad de los migrantes hondureños en la ciudad de Xalapa, en Veracruz— asevera que al país le hace falta tener mucha conciencia y trabajo público y político para asumir la condición de país de tránsito y destino migratorio desde una perspectiva más digna.
México, país de tránsito y destino
La doctora Melissa Ley, investigadora de El Colef y coautora del informe 20 temas actuales y relevantes sobre la migración en México, explica que a partir de datos sociodemográficos, geográficos, de procesos migratorios y sobre la situación laboral de las personas que atraviesan las zonas fronterizas de México, han documentado que el país ha incrementado las deportaciones de migrantes centroamericanos, superando las cifras de Estados Unidos.
Datos de las Encuestas sobre Migración en las Fronteras Norte y Sur de México (Emif), realizadas por ese centro público de investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), muestran que entre octubre de 2014 y septiembre de 2015 se registraron 126 mil 23 deportaciones de migrantes centroamericanos en nuestro país, en contraste con las 106 mil 738 realizadas por el vecino del norte.
Según el informe, México ya no solo es un país de tránsito sino que se está convirtiendo en un destino para guatemaltecos, hondureños y salvadoreños, en su mayoría. Y es que en 2011 se registró 70 por ciento de migrantes guatemaltecos que decían tener como destino final Estados Unidos, mientras que en 2013, 48 por ciento mencionó que su intención era quedarse en territorio mexicano.
Un panorama similar lo presenta el reporte Programa Frontera Sur o la política de percepción de migrantes en México, elaborado por la doctora Alejandra Castañeda, coordinadora del Observatorio de Legislación y Política Migratoria de El Colef.
En el análisis —que compara datos públicos del Instituto Nacional de Migración en México, así como de la Patrulla Fronteriza y el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos—, se muestran los resultados del Programa Frontera Sur implementado por el gobierno mexicano en 2014 para reducir el flujo de migrantes centroamericanos hacia Estados Unidos.
Se observa que a partir de esta estrategia federal ha habido una reducción en el flujo de migrantes en la frontera sur norteamericana y el incremento de este en los cruces fronterizos mexicanos.
Según datos de la Patrulla Fronteriza, en 2015 hubo una reducción de 42 por ciento de menores migrantes no acompañados y de familias con niños, en comparación con el año anterior, que registró su mayor índice en la historia.
La doctora Alejandra Castañeda considera que estas cifras son resultado de la política de contención del gobierno mexicano de incrementar el número de operativos y retenes para la detención, repatriación y deportación de migrantes centroamericanos.
De cara a estos contrastes, las especialistas consideran que es momento de reflexionar las políticas nacionales enfocadas tanto en los mexicanos migrantes, así como los centroamericanos que transitan o que residen en nuestro territorio.