ColumnaSinNombre | NO HAY NINGUNA RELACIÓN

@pablojair

Todo mundo sabe que llegó a Veracruz recomendado por la hoy gobernadora. En ese entonces, Eric Patrocinio Cisneros Burgos era un completo desconocido en Veracruz.

Después se sabría de él como oriundo de la Cuenca del Papaloapan, del meritito Otatitlán, lugar que es famoso por su Cristo Negro. Que venía de Mulegé, un pueblito encantador de casi 4 mil habitantes en Baja California Sur, donde había sido funcionario del Ayuntamiento.

Su regreso triunfal a tierras veracruzanas fue en la campaña del entonces candidato morenista Cuitláhuac García Jiménez. Según cuentan, el xalapeño le había preguntado a Rocío Nahle (senadora electa y futura secretaria de Energía) si recomendaba a alguien para la operación electoral en los comicios de 2018 y la respuesta fue “Eric”.

Ganando Morena y Cuitláhuac la gubernatura, éste invitó a Cisneros para que se integrara a su gabinete. De esa manera, rompiendo pronósticos y cambiando los mismos nombres de siempre, el cuenqueño llegó a la codiciada y poderosa Secretaría de Gobierno.

Desde ahí comenzó a tener notoriedad por su dinamismo y carisma propio de la gente de la Cuenca, pero también por su protagonismo, al grado de que inauguró obras sin esperar al gobernador o hacía eventos faraónicos para presentar libros de su supuesta autoría.

Por situaciones constantes como esta, muchos “grillos” comenzaron a decir que Eric era el verdadero gobernador y que todos debían reportarse con él. Al mismo tiempo, había el desconcierto del porqué Cuitláhuac le permitía tantos desplantes y acaparamiento de poder.

Se entendía que Eric era el hombre rudo, el que hacía la chamba de meter orden y control a los grupos políticos de Veracruz. De hecho, el momento cumbre de su dominio fue cuando colocó a Verónica Hernández Giadáns, su directora jurídica, como fiscal general del Estado.

Hasta el cuarto informe de Gobierno de Cuitláhuac, aparentemente Eric sostenía una relación cordial con su madrina política Rocío Nahle. De hecho, se recuerda que fue él quien la acompañó en noviembre de 2022 al evento magno que se hizo en Pánuco (el cuarto informe de gobierno de Cuitláhuac), acallando los rumores de una supuesta confrontación.

No obstante, se sabía que Eric ocasionó muchos conflictos al interior del gabinete estatal. De entrada, quiso controlar el aparato de Comunicación Social, a sabiendas de que esa área era del gobernador, por lo que creó una estructura alterna con medios aliados propios.

Otra que sufría embates constantes era la secretaria de Turismo, Xochitl Arbesú, quien comentaba a cercanos que Eric quería colocar a alguien más en su lugar y por eso le saboteaba su trabajo. Algunos dicen que esa dependencia la ansiaba mucho porque desde ahí podía usarla como plataforma política.

Un secretario con el que tuvo fuertes diferencias fue Hugo Gutiérrez Maldonado, de Seguridad Pública, con quien —dicen— llegó a los golpes. La razón no era para menos: el secretario de Gobierno metía las manitas en ese delicado rubro. Gutiérrez Maldonado de plano mejor renunció y se fue del estado.

También tuvo serias disputas con el titular de Educación, Zenyazen Escobar, con quien no se podía ni ver; otro era el de Finanzas, José Luis Lima Franco. En sus respectivas oficinas, la gente de ambos decían que los ataques a sus jefes venían por parte de Eric.

Hay una anécdota en este sentido: cuando Eric Cisneros Burgos se enfermó de COVID y tuvo que ausentarse temporalmente del cargo, dicen que en palacio comenzó a sentirse un ambiente muy relajado y comenzaron a resolverse disputas que había dejado pendientes. Todo comenzó a fluir con armonía y paz… hasta que regresó.

Pero quizás el conflicto más fuerte fue cuando se divulgó una fotografía donde se ve al entonces secretario de Salud, Roberto Ramos Alor (cercano a Nahle), besándose con una persona. En los pasillos del palacio se manejaba la versión de que desde la oficina de Eric se había compartido dicha imagen.

Un exfuncionario de la Secretaría de Gobierno afirmaba que a Eric le hablaron desde el Altiplano para pedirle explicaciones por los ataques hacia Ramos Alor, pero la respuesta al interlocutor fue: “No le debo nada a nadie; soy secretario de Gobierno y sólo obedezco al gobernador”.

Así, con un telefonazo, se olvidaba de quién le había ayudado a llegar a Veracruz con un enorme poder. Así, entre lisonjas e intrigas, sus cercanos le hicieron creer que podía ser el sucesor de Cuitláhuac. Le pasó lo que a muchos políticos en el poder: se dejó llevar por los malos consejos que da la soberbia.

Debe comentarse que desde poco antes de 2016, ya se sabía que el plan armado para Veracruz —por parte de un tal Andrés Manuel López Obrador— era que Rocío Nahle iba a ser candidata a la gubernatura en 2024, pasando por la diputación federal, el Senado y el gabinete federal. Eso lo sabían también, por ejemplo, grupos del PRI (partido que ese año tendría su peor caída en la entidad), quienes hacían campañas negras contra ella en Coatzacoalcos porque sabían que iba a llegar recio a ser la jefa política del estado.

Eric también lo sabía, pero la arrogancia lo nubló. Mandó a pintar bardas con su nombre por todo el estado con el pretexto de promover un libro y así mantuvo una campaña abierta en todas las regiones. También era evidente que a través de medios aliados atacaba a compañeros precandidatos de Morena como Sergio Gutiérrez Luna, Manuel Huerta Ladrón de Guevara y a la propia Rocío Nahle.

En octubre de 2023 renunció al cargo para —ahora sí de frente— competir por la candidatura de Morena a la gubernatura de Veracruz. Al final quedó en tercer lugar y hasta el semblante le cambió (se puede ver en YouTube) cuando fue anunciado que Rocío Nahle era la candidata.

Quizás en ese momento Eric estaba recapitulando lo ocurrido; que si se hubiese disciplinado, siguiendo el plan ya marcado por López Obrador, el cuenqueño hubiese sido hasta ratificado en el cargo donde demostró manejar a los grupos políticos del estado. Incluso, a lo mejor, hasta se hubiese convertido en candidato natural al Senado o incluso a la gubernatura para 2030 sin problema alguno y la bendición de la cúpula morenista…

Pero todo se derrumbó, como dice la rola de Emmanuel.

Luego de que perdió la candidatura a la gubernatura, Cisneros Burgos se borró del mapa político. Ya investida Rocío Nahle como gobernadora, Eric reapareció algunas ocasiones en redes sociales con fotografías paseándose en Coatepec.

¿Y por qué en Coatepec? Porqué allí reside o residió desde que llegó a Veracruz y se sabía que tenía pleno control del ayuntamiento, mismo que apoyó con todo al candidato de Movimiento Ciudadano (partido al cual ahora vinculan al exsecretario de Gobierno) a la alcaldía e hizo guerra sucia en contra del candidato de Morena, Ignacio Luna, quien al final ganó por amplia diferencia.

Recientemente volvió a aparecer en redes y eso, obvio, lleva un mensaje que se interpreta como “aquí estoy”. Su aparición “espontánea” fue tema en la conferencia de prensa de la gobernadora este lunes, donde le preguntaron si todavía tenía relación con él.

La mandataria respondió claro: “No hay ninguna relación”.

Lo anterior tiene mucho significado porque se sabe que gente del primer círculo del exsecretario anduvo queriendo apantallar diciendo que Nahle tuvo que buscar a Eric para pedirle ayuda para gobernar el estado, y por eso hubo cambios en la Fiscalía General del Estado, a donde llegó Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre, quien alguna vez tuvo cercanía con él.

Pero nada qué ver y ya lo dijo la gobernadora de manera concisa: “No hay ninguna relación”.

Como van las cosas, a Don Eric sólo le falta fotografiarse orinando en las matas de café, marcando territorio en alguna finca de Coatepec o nuevo fraccionamiento.

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