ColumnasinNombre: ASESINARON A RICARDO MONLUI; LA EXCLUSIVA ARRUINADA AL FISCAL

Domingo funesto: mataron al periodista Ricardo Monluí Cabrera, autor de la muy leída columna “Crisol”, con gran influencia en la región de Córdoba. Lo balearon afuera de un restaurante en Yanga mientras iba en compañía de su esposa e hijo.

Monluí era experto en el tema cañero. Estaba muy empapado de él. De hecho fue jefe de prensa de Daniel Pérez Valdés, líder sindical de esa industria, que ha tenido mucha nota roja últimamente.

Domingo muy violento en Veracruz: por lo menos 10 ejecutados en las últimas horas, contando a Monluí. Masacre de policías y civiles en Coxquihui, encajuelado en Poza Rica, ejecutado en la carretera Córdoba-Veracruz, hasta el cierre de esta edición… ¿El experto en seguridad seguirá echando cascaritas en la playa?

Según ya se investiga el caso de Don Ricardo. La premura es: se indaga si el asesinato tiene que ver con su profesión, como si ser periodista fuese algo que se puede quitar por andar en la calle. Lo mismo decía Duarte de Moisés Sánchez, el ejecutado en Medellín: que era taxista; al menos en el caso de Don Ricardo, creo que era obvio a qué se dedicaba.

Que en este gobierno sí reconocen las malas noticias y aumento de ejecuciones (no como ya-saben-quién-que-anda-de-pelada). Vaya consuelo: admitir un estado azotado por la violencia y ejecuciones.

A lo mejor antes de empezar a amarrarse el dedo, el gobierno estatal y su gober “cascarita” mejor comenzaran a pensar que la situación para medios está crítica, pero sus ánimos vengativos los nublan. Ellos andan en el asunto electoral para perpetuarse. Veracruz les vale gaver: esa es la realidad.

Una pena el deceso de Monluí, a quien teníamos el gusto de leer. Descanse en paz.

LE ARRUINAN LA EXCLUSIVA AL FISCAL

Este 16 de marzo, a las 7 de la mañana, el fiscal general del estado, Jorge Winckler Ortiz, e integrantes del Colectivo Solecito (grupo de civiles que se ha dedicado a detectar narcofosas en busca de familiares) se reunirían en el conjunto habitacional Colinas de Santa Fe, del puerto de Veracruz, para ir a un recorrido por las tumbas clandestinas ahí localizadas.

En días previos, el fiscal ya había sostenido una confrontación verbal y tuitera con los integrantes de dicho colectivo por el protagonismo del funcionario en el tema de los desaparecidos. Por ejemplo, mientras el fiscal hablaba de las fosas como si tuviera pleno conocimiento de éstas, los de Solecito acusaron que Winckler ni siquiera se había parado por la zona.

A lo anterior, súmese que los familiares de desaparecidos ya habían demostrado su molestia por la descortesía del titular de la Fiscalía cuando en una ocasión los dejó 4 horas esperándolos a la intemperie.

Ese jueves el fiscal Winckler y Solecito entrarían a la zona de las narcofosas de Colinas de Santa Fe, pero sin convocar a la prensa: acuerdo previo porque los medios (esos “pinches medios”, diría Bermúdez) luego meten desorden y podrían alterar la escena del crimen.

Pero esos “pinches medios” (parafraseando al vinculado Bermúdez) ya sabe cómo son que se enteran de todo, y antes de que llegara el Fiscal ahí ya estaban decenas de periodistas haciendo guardia en la entrada de las tumbas, al igual que policías ministeriales y de Seguridad Pública que resguardaban la llegada.

Al mismo punto, aunque no en el grupo de los periodistas veracruzanos y reporteros de medios locales, llegó un equipo de Televisa desde la Ciudad de México para realizar un trabajo especial que se transmitirían en los noticieros estelares de dicha televisora. Su presencia, de acuerdo a colegas, se debía a que el Fiscal los había llevado para darles una exclusiva del acceso a las narcofosas.

Y es que, según versiones de los propios compañeros, medios locales tenían meses tratando de entrar al lugar pero les era impedido el acceso por motivos periciales. Ese día era el adecuado por la presencia del Colectivo y el Fiscal, pero los medios no fueron convocados, a excepción del equipo que llevó Winckler para regalarles la exclusiva.

Dicha estrategia de medios era para la obvia intención de limpiar tantito la imagen de Winckler Ortiz en el tema de las fosas clandestinas, donde el fiscal no ha salido bien librado por su protagonismo y ocurrencias… Pero la presencia de los medios veracruzanos, le arruinó el plan al titular de la Fiscalía.

Fue así que una caravana de medios locales entró por la fuerza, con portazo incluido, a las fosas clandestinas a las que querían ir desde hace tiempo pero les habían negado el acceso. Fue así como le arruinaron el show al Fiscal, que al final no quiso dar declaración alguna y emprendió la graciosa huida.

EPÍLOGO: Hay que decirlo: el festival Vive Latino se comió a la Cumbre Tajín. Otro evento turístico de peso que se va al caño como Tlacotalpan y su niño/fiscal Juan Garrison; y el Carnaval, al que le pusieron todas las trabas. Así la promoción turística en Veracruz. Penita ajena por el secre “Nahual”.

@pablojair

SANTA FE… HUELE A MUERTE

Este oficio ha enseñado a agudizar el instinto; a convertirse en esclavo de la sospecha. No es para menos: la cerrazón de autoridades que nunca informan o resguardan información por intereses políticos, lleva precisamente a indagar, a rascarle, a buscar. A veces se atina, a veces no: el trabajo periodístico puede o no estar exento de imprecisiones, porque “la neta es chida, pero inalcanzable”.

Pero dar la vuelta por las viviendas de Colinas de Santa Fe, más la fama de los tiroteos que aquí han ocurrido, lleva a pensar que este populoso centro urbano en las afueras del puerto de Veracruz sigue siendo un territorio peligroso más allá de un montón de casas amontonadas en ese orden monótono que llaman dúplex, bajo la luz de un sol abrasador.

Entre dunas, calles asfaltadas, negocios montados muy improvisadamente, aquí algunos jarochos hacen su vida lejos del bullicio turístico del bulevar o de La Parroquia. Es la cara del Veracruz de los suburbios, los alejados de la ciudad, casi marginados; al menos esa es la percepción.

Colinas de Santa Fe es un conjunto de hogares donde su fama tiene que ver no sólo con enfrentamientos entre delincuencia organizada y fuerzas del orden desde hace varios años. Es también, de unos meses a la fecha, el centro neurálgico de la esperanza perdida; representa el limbo en donde se permite entrar a los mortales que aún viven y buscan a los desaparecidos.

Es, pues, un cementerio clandestino donde sicarios enterraban a sus víctimas, de acuerdo a testimonios que llegaron a ser reforzados con la imagen de un mapa detallado que llegó a manos de familiares para indicar en donde estaban los cuerpos.

Un amigo periodista de Córdoba nos platicaba que en el asunto de buscar a los desaparecidos en fosas, tiene qué ver mucho con la Iglesia Católica. Que los sacerdotes hacían exhortos en misas oficiadas a sus comunidades para que de manera anónima dejaran un recado sobre dónde podrían estar restos humanos, y por arte de magia aparecieron en las cajas de limosna cartas y mapas de algún cristiano arrepentido para ubicar a los muertos.

De ahí que en asesoría con otros grupos de búsqueda en el país, comenzaron con el “varillaje”: hundir una varilla de metal en tierra removida y oler la punta. Si hay sospecha de que se dio con una fosa clandestina, esta se marca y se escarba. Los restos descubiertos se entregan a la Policía Científica para su posterior identificación.

UN LUGAR COMÚN

Ubicado en la zona norte de la ciudad de Veracruz, Colinas de Santa Fe es común para los que vienen de Xalapa y pasan por la carretera que accede por la zona de los edificios viejos del recinto portuario.

Aparentemente es sólo un lugar más que ha hecho crecer al puerto de Veracruz como un gran mancha urbana que se ha ido extendiendo como virus.

Para los que aquí habitan, así como en comunidades alrededor, se sabía del movimiento de vehículos que se movían por la zona del vertedero de basura municipal antes de que esos terrenos se convirtieran en propiedad federal por la ampliación del nuevo puerto.

Otro camino, a una cuadra y media de un Yepas (ya sabe, la competencia del Oxxo) inicia con una rodada de tres kilómetros que lleva desde Colinas de Santa Fe hasta un predio rodeado de dunas y matas espinosas. Ahí en medio están las fosas, los restos, la muerte.

Este jueves, un par de reporteros chilangos se encontraban apostados en las afueras, recién llegados del aeropuerto, con maleta en mano y dicen: “es que llegaron tarde, había un montón de flota que entró por la fuerza al sitio porque no los dejaban pasar. Entraron como 50, luego salieron un poco más tarde y adentro siguen el Colectivo Solecito y el Fiscal”.

Una hora después, una caravana con vehículos todo terreno y guarros armados, aparece en dicho camino. Es el Fiscal escondido en su Cherokee polarizada. No habla con medios, simplemente se va. Atrás se quedan varios policías que reciben instrucciones de no dejar pasar a nadie, menos a medios, porque ese fue el acuerdo con el colectivo… y así cumplieron: por ahí ya no se pudo pasar.

UN CAMINO ALTERNO

Nos acercan a la famosa rodada por un camino alterno, pero tenemos que caminar todavía como medio kilómetro para llegar hasta donde está el campamento más grande de fosas clandestinas. Es como un solar rodeado por colinas de mediana altura, arbustos y basura.

Se ve un reguero de platos de unicel y el sonido intermitente de algunas moscas. La idea es treparse a la duna para agarrar desde arriba todo el terreno, pero había la sospecha de que quizás habría policías vigilando. Ahí vamos pa’ arriba, dejando medio bofe en el intento y causando una deshidratación inmediata. Allá en el cielo se ven los zopilotes como diciendo “carnita fresca”, pero al final de cuentas llegamos a cima, nos tiramos a la arena como apaches y luego a levantarnos porque tanta faramalla no sirvió de nada: no había nadie en el campamento, excepto unas lonas y las cintas amarillas para cubrir el área.

No se puede decir que apesta, pues pese a la relativa cercanía al basurero y a los vientos que pululan, no huele a nada, pero ahí está: es el campamento de quienes siguen buscando a sus familiares en fosas clandestinas. Ahí donde llegó el Fiscal y se tomó la foto para luego emprender la graciosa huida, mientras su jefe el gobernador decía que el tema lo iba a tratar directamente el titular de la Fiscalía… Es decir, ni uno ni el otro informan nada, pero son buenos para echarse la bolita.

Finalmente hay que regresar. Ya vimos las fosas, se les fotografió, se les grabó en video. Nos platican en la zona que regularmente está solitario el predio y pocas veces se ve tanto policía en la zona. Les explicamos que hoy llegó el Fiscal a ver las fosas y por eso el operativo policiaco.

Pero sí, al final de cuentas, fuimos testigos de que ese cementerio quedó nuevamente abandonado, luego del ajetreo y presión de los medios para que los dejaran pasar. Los del Colectivo Solecito acudieron al novenario de Pedro Huesca Barradas, el agente del Ministerio Público cuyos restos fueron encontrados ahí, donde no huele a nada, pero se siente el hedor a muerte.

KARIME, LA NUEVA DISTRACCIÓN DEL PALACIO

Fueron muy destacadas las movilizaciones de este 8 de marzo con motivo de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer. Muchas manifestaciones de apoyo en redes sociales, en las calles, así como también expresiones artísticas como las que se llevaron a cabo en Xalapa y la protesta organizada por mujeres periodistas en Minatitlán.

Este 8 de marzo fue sin duda muy notable y el contexto no es para menos: en los últimos días se han incrementado los asesinatos de mujeres.

Y tales protestas y movilizaciones sí cimbraron, a diferencia de los “menzajez zizeados” de ya-saben-quién: en Xalapa, performance de la conocida creadora plástica y feminista, Wendy López, quien presentó “Embolsadas” en la explanada de la Plaza Lerdo: bolsas negras rellenas de periódicos que representaban los cuerpos de las mujeres que han sido tirados a las calles y envueltos en ese plástico. De ahí marchas y activistas tiradas por las banquetas del primer cuadro de la ciudad, recordando a las muertas.

En Minatitlán, mujeres periodistas convocaron a una marcha por la paz y en contra de los brutales homicidios que se han suscitado en la región, especialmente por el hallazgo de tres mujeres (una niña, una joven y una señora) en una fosa común cercano al CBTIS 213 de aquel municipio. Los asesinatos conmocionaron al municipio, pues no se recuerdan un episodio tan sangriento ni un nivel tan grave de violencia en la petrolera ciudad. A la marcha hacia el Monumento a La Madre, se unieron autoridades municipales y familiares de las víctimas.

Lo que también fue notable en dicha concentración fue una gran cantidad de “espías” que desde patrullas o puntos específicos se ubicaron para tomar fotos con celular. Lo que se le olvida a quienes los mandaron es que Mina es un pueblo chico y se conoce medio mundo, y era más que claro la presencia de “orejas” y policías haciéndole al informador político… ¿para qué? ¿qué necesidad? Era una manifestación pacífica para recordar a las víctimas de una violencia que no cesa y parece ir creciendo en Veracruz.

Y en pleno Día Internacional de la Mujer, uno de los diarios nacionales aliados del gobernador, el periódico REFORMA, sacó en primera plana la nota de que la esposa de Javier Duarte, Karime Macías, era una gastalona con tarjeta de crédito (¿te cae?), lo que en sí sólo fue una noticia mañanera que fue pasando rápidamente a segundo plano por el contexto del día y noticias más relevantes incluso a nivel nacional.

Pero ya se ve cuál podría ser la nueva distracción del Gobierno de Veracruz ahora que el efecto Duarte ya perdió gas.

Ahí están los reclamos al gobernador por los distintos problemas financieros y de seguridad; incluso éste ya agarró la maña de no contestar cuestionamientos, como si todo estuviera bien. No se extrañe si en días por venir, y al calor de las elecciones, se vuelva a retomar el caso Duarte en el discurso político y sea recargado ahora con el nuevo elemento de Karime Macías para “que nadie vea” los problemas que azotan a la entidad. Chido…

Por cierto que entre estos problemas se vuelven a ventilar diferencias entre colaboradores de primer nivel del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares.

Resulta que el jefe de la Oficina de Programa de Gobierno, Francisco Monfort Guillén dio declaraciones este miércoles a la prensa y una frase que llamó particularmente la atención fue –palabras más, palabras menos– “que es necesario que Gobierno estatal haga una comunicación social diferente, más efectiva, más de rendición de cuentas que de promoción de resultados”.

El ladrillazo, directo a Elías Assad, el coordinador de Comunicación Social del Gobierno de Veracruz, casanova estatal y “consen” del gobernador Yunes.

Por ahí comentan que trataron de matizar el asunto en los medios, pero el golpe ya estaba dado: Monfort puso el dedo en la llaga. Parece que siguen los problemas internos en el paraíso, que hasta sombrerazos se dan entre ellos.

@pablojair